04 julio 2005

BUZO

El agua de la sombra nos desnuda
de todos los recuerdos
en esta brusca
inmersión que anticipa, en los oídos,
la sordera metálica del sueño.

Y quedamos de pronto sostenidos
–en este mar en donde nadie flota–
de una cadena lógica de ausencias,
como el buzo que vive, en su escafandra,
de la serpiente del aire que lo sigue.

Ni una burbuja traicionó la asfixia.

Lento
y con ruedas de espuma en el insomnio,
giró el acuario rápido del sueño.

Mas ya el silencio abre
un pozo ardiente en la memoria fría,
un pozo
donde nuestras imágenes
se lavan de la atmósfera perdida.

¿Con qué dedos de música podré tocarte?

Porque sólo la música podría
devolverte una forma para el tacto
a ti, que tienes tantas
para el oído ávido.

Porque sólo la música
sabría componer, con los fragmentos
de tu semblante muchas veces roto,
el nuevo,
el expresivo rostro nuevo
que de tu sueño lento está naciendo...

Jaime Torres Bodet