29 noviembre 2005

Lo Equidistante

Cuando perdí mi guante izquierdo pensé en lo absurdo que era conservar el derecho, así que lo aventé al río (aunque nunca vi que cayera en él).
Tiempo después encontré debajo de mi cama el guante que creí haber perdido, el izquierdo. No supe si darme de topes contra la pared, reír o recorrer a pie todo París hasta encontrar la otra mitad.
No empezaría por el Sena, eso sí.

La Intersección

En un bosque del Reino Unido podremos encontrar avellanos.
Bastará un avellano para extraer una pequeña rama.
Y entonces tener una varita.

De alguna mina extraeremos cuarzo rosa.
Bastará una sola piedra para colocarla en la punta de la rama.
Y así tendremos nuestra varita mágica.

Tal vez en el Reino Unido haya tiendas donde ya vendan varitas mágicas hechas.

2:1

Guanajuato era una ciudad muy pequeña, ahí vivía Joaquín, un hombre de casi dos metros de alto.
En todo ello no había paradoja alguna, de hecho él fue muy feliz mientras vivió ahí, antes de mudarse al Ecuador.

Hoyo Negro

en una casa de espejos, mientras todos nosotros jugamos, bien se pueden dar este tipo de intervenciones:
observabas un video
con un tipo que tarareaba una canción
que tu ya conocías por un sueño
que tuviste mientras alguien filmaba por la acera de enfrente.

Línea de Moebius

(pero) en una casa de espejos, cuando ya nadie juegue en ella y los espejos no reflejen otra cosa que no sea a ellos mismos, no duden que no pase otra cosa mas que los espejos reflejándose a ellos mismos.
sobre todo si la última persona en salir dejó la luz encendida.
si es que la apagó, entonces sí, no pasará nada.