13 junio 2006

Cuerpo feliz que fluye entre mis manos,
rostro amado donde contemplo el mundo,
donde graciosos pájaros se copian fugitivos,
volando a la región donde nada se olvida.

Tu forma externa, diamante o rubí duro,
brillo de un sol que entre mis manos deslumbra,
cráter que me convoca con su música íntima, con esa
indescifrable llamada de tus dientes.

Muero porque me arrojo, porque quiero morir,
porque quiero vivir en el fuego, porque este aire de fuera
no es mío, sino el caliente aliento
que si me acerco quema y dora mis labios desde un fondo.

Deja, deja que mire, teñido del amor,
enrojecido el rostro por tu purpúrea vida,
deja que mire el hondo clamor de tus entrañas
donde muero y renuncio a vivir para siempre.

Quiero amor o la muerte, quiero morir del todo,
quiero ser tú, tu sangre, esa lava rugiente
que regando encerrada bellos miembros extremos
siente así los hermosos límites de la vida.

Este beso en tus labios como una lenta espina,
como un mar que voló hecho un espejo,
como el brillo de un ala,
es todavía unas manos, un repasar de tu crujiente pelo,
un crepitar de la luz vengadora,
luz o espada mortal que sobre mi cuello amenaza,
pero que nunca podrá destruir la unidad de este mundo.


Vicente Aleixandre, Unidad en Ella

09 junio 2006

Un amigo ha terminado la carrera que emprendimos juntos y que yo trunqué pronto. Está por terminar su tesis sobre Julio Cortázar, Rayuela o el anacentrismo. Desde que lo conocí, en agosto del 2001, sentí un reconocimiento que lo mismo ha llevado al compadrazgo que al voseo argentino, al encabronamiento que al entusiasmo, al odio que al cariño, y por eso no quiero que pase inadvertido tal evento. Esta carta es de los documentos más viejos que tengo de la cuantiosa correspondencia que existe entre nosotros, data de la vez que me prestó Rayuela en un viaje que yo hice a la ciudad de México (estudiamos en Guanajuato) y que estuvo siempre acompañado de dicha novela, la cual disfruté también debido a sus notas hechas a lápiz y esos subrayados que él consideraba importantes. Pero antes de comenzar a leerla en el autobús tenía que leer esto, que ahora que o vuelvo a leer me parece una especie de iniciación, de ritual. ¿Habrá cambiado, de manera sustantiva, su interpretación de la novela en estos tres años?. Sólo su tesis lo dirá.
(transcribo la carta de manera íntegra, con errores ortográficos (justificados desde la primer oración), nombres y demás).






>From: "alejandro palizada"
>To: entonces_llueve_la_tinta@hotmail.com
>Subject: checate esto....
>Date: Thu, 12 Dec 2002 23:30:26 +0100
>
>Tengo dos o tres minutos para escribir esto. Mejor te veo el
>viernes, si acaso lees tu correo hoy jueves. De borrachera no hubo
>nada (gracias
>a Dios), de Elsa tapoco ha habido gran cosa, de otras cosas tan poco
>hay gran cosa. Tengo la guitarra entre mis brazos, me siento como un
>papá. Dos ríos es uno de los lugares que menos me gustan en
>Guanajuato. Ahora sobre rayuela, es conveniente que te diga unas
>cosas. Dentro de Rayuela se juega en dos mundos distintos:
>Guanajuato y DF. Este juego de elementos en contraste primero se
>establece únicamente con el propósito de romper esa impresión de que
>todo es una cosa u otra: existe siempre algo que no consideramos (De
>otros lados, Xalapa, por ejemplo).
>La Maga está ahí, simbolizando la búsqueda que no se concreta y
>nosotros somos a nuestra manera un mismo y un distinto Horacio
>Oliveira que sabe que su signo en esta vida es eso, la búsqueda. No
>habrá de satisfacernos encontrar lo que buscamos, toda búsqueda se
>vuelve inútil cuando se concreta. Y habremos tenido una Maga y
>también la habremos perdido en un país distante, pero desde esa
>distancia, comprendemos cada día más las circunstancias: la
>seguridad del yo se vuelve una duda, la realidad deja de querernos y
>se nos esconde en misterios. Pero cada día entendemos mejor que lo
>importante es saber que hay una Maga y que tener a la Maga ya no
>significará encontrarla asomándose por el Quai de Conti, o bajando
>el Pont des Arts, sino que bastará saber que ella está ahí en algún
>sitio desconocido pero no por ello menos real, y reconocer la
>validez de ese lugar significa distinguir un sitio único, uno cuya
>sostenimiento dependerá de nosotros. Entonces la Maga volverá a
>aparecer con nosotros, y esa será tal vez la síntesis última.
>¿Encontraría a la Maga? Seguramente si no intento encontrarla la
>encontraré. Símbolo del mandala, falleba del reino milenario, logos
>conspicuo. Hace falta que la Maga se aparte más y más de nuestra
>ciudad. O nosotros exiliarnos en otro lugar; tal vez Buenos Aires,
>tal vez París, tal vez Madrid, tal vez otro. La Maga habrá de
>servirnos de puente, y es que un puente no se sostiene de un solo
>lado. La Maga nos enseñará a descubrir el cielo de la rayuela, nos
>enseñará a tirar la piedrita, y un día así, empujando la piedrita,
>se ingresaría al kibbutz. Se ganaría la rayuela.
>
>¿Vos sabés cual es tu Maga? ¿Te parece que la mía sea Elsa? ¿En qué
>lugar está nuestra pintada nuestra rayuela? Ayúdame Maga a empujar
>mi piedrita hasta llegar al cielo. La Maga, ¿vos sabés cual es tu
>Maga?
>
>A l e j a n d r o P a l i z a d a
>
>"Le sel pareil des pleurs ronge leur douce joue,
>Ils mangent de la cendre avec le même amour,
>Mais vulgaire ou bouffon le destin qui les roue."