Yo sé que al momento de leer un poema no hay por qué tener expectativa alguna. Sé también que esta clase de lectura no sirve para llenar huecos, que como en esos otros lenguajes exquisitos, lo que me vale es la extrapolación, la comprensión más allá de lo racional, de lo lógico, de lo literario. La lectura de un poema generalmente exige el deslinde de las categorías. Llega entonces ese swing cortazariano de la (re)escritura que consiste en la fluidez cognoscitiva (simbólica, algebraica, metafísica, intuitiva, words, words, words...) de lo que se está escribiendo sólo que sin tanta palabrería de este tipo. Ese swing es un absoluto... absoluto-concentrado o concentración-absoluta, da igual.
Obituari es un poema que a la mitad de la lectura ya me estaba aburriendo precisamente por no cumplir con todo lo que he venido explicando. Me iba pareciendo muy descriptivo, con referencias desconocidas, melancólico a punto de turrón. Hasta que llegó el verso final que me descentró por completo, me extrapoló de mi prejuiciosa lectura. Le dio un sentido propio, pues, aunque de por sí ya lo llevaba, solo que en vez de ese oldie-sad-sense que yo entreveía, apareció un nonphysical-abstract-sense bastante apetecible que me hizo replantear el título, releer el epígrafe, percatarme que no había signos de puntuación.
Ponç Pons es catalán. Escribe en catalán. En su obituario imagina un viaje no corpóreo a través de los paisajes que desde niño creyó le pertenecían. Para que exista un viaje así él acepta que hay que nombrarlo (las palabras hacen vivir aquello perdido) aún así sea por medio de una lengua minoritaria como el catalán.
Hay aquí una doble sensación de soledad, de destierro. Primero, porque sus paisajes ya no son los mismos ya que no “se ven igual” que en aquellas épocas donde él los disfrutó (más infancia perdida...). Segundo, porque ni los muertos entienden lo que dice (él tiene cómo comprobarlo, él es un muerto), no logra hacerse entender, el catalán a quién le importa a estas alturas.
Sus sentidos son una limitante para el proceso comunicativo.
Entonces lo que le queda es recluirse en la noche (muere uno un tanto / muere uno un poco / encerrado de noche yo canto / ésta poesía no la toco, dijo Heiras Olivera alguna vez) y cantarle a lo que todavía sobrevive de su querido paisaje. No basta con el recuerdo, hay que verlo para saber que él mismo no se ha ido del todo, ese es su gran anhelo que no alcanza ni en la muerte. El poema es un juego de espejos con la nada, una doble sensación de vacío, una completa ausencia de esperanza, donde de nueva cuenta es con la poesía (el canto) que un poco de sí mismo todavía queda, flotando en el aire, surgiendo como swing, siendo eterno en el instante de lo absoluto, una instancia “menos-aquí”.
Again & again la poesía como camino hacia la libertad luego de probar con el idioma, el lenguaje, la modernidad, la muerte. El poema es una suma de argucias que signan a una nostalgia verdadera.
El siguiente poema es en respuesta al suyo:
I.
Pero el lenguaje, amigo mío.
También yo emprendo un camino
(el camino sin bordes, sin cuerpo del todo) ,
llego a San Miguel tomando la ruta más larga
que es por la ciudad de Paraíso, en Tabasco,
Chilapa y Tecpan se encienden de amarillo,
Xico tan vivo como las Azores,
Cozumel es frontera entre el recuerdo y la nueva ciudad.
II.
Bajo el cielo surca un torrente salino,
afluente mineral entre las rocas históricas,
cada piedra es el viento congelado de un ave,
a través de él un niño llega de prisa hasta la playa,
lo espera el silencio,
su regreso será cíclico.
Ah, espacio abierto
intervenido cada vez más por manos modernas,
conjurado por trazos hechizantes.
Dónde ha quedado esa amplitud
en que ni el horizonte nos parecía el límite.
III.
Después de la luz vino el pasiaje,
formamos alegorías
para arribar a lo que llamaríamos eternidad,
fuimos parias que en el mar nos encontramos
–sin llegar a tierra aún–
cada luna en viaje continuo nos hacía escribir,
era necesario nombrar para seguir en el juego.
Éste lenguaje
es el idioma etéreo
que los muertos entenderían.
Pero sigo confiando que no nada más ellos.
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