17 febrero 2005

Escritura D>UNIDAD (apuntes tempranos)

1. ¿Qué ocurre con esas ideas que apenas tocan lenguaje, pierden brillo, pierden centro? Llega la noche para ellas, salen de un territorio donde ni siquiera tenían noche.

2. Se sabe que los únicos animales que pueden soñar son los mamíferos, entonces, si la capacidad de soñación sigue vigente a estas alturas, ¿no será signo fehaciente de evolución? ¿Una adaptación a un medio, digamos, birreal? ¿Una, aún no comprendida, clave del logos verdadero? Pero si es que aún no se comprende, ¿no será un error querer comprenderlo usando palabras como evolución, logos o verdadero?

3. Invenciones como el Internet han redefinido viejos y empolvados conceptos como libro o escritura, conteniendo una identidad mucho más profunda. Hoy en día se ha reactivado con mucho fervor la herencia vocal de nuestros antepasados que no contaban con la imprenta, claro, adaptada a medios más bien visuales y no auditivos. Así, las formas de conocimiento se reinventan, se multiplican desordenadamente, pero también se individualizan. Son tiempos modernos, con un anacentrismo (yo empiezo a preferir el término n centrismo) evidente, con un contexto viable a la libertad.... ¿ingenua mi visión? claro, por eso es libre.

4. Cuando uno piensa para sí mismo, ¿emplea palabras? ¿Llegará el momento en que se haga conciente que no sólo es ésta la vía de comunicación más efectiva? Las palabras, la lengua, no son navajas de doble filo, sólo son instancias a las cuáles se les ha delegado una responsabilidad mayor a la que les corresponde.

5. Escribir parece ser algo más que la simple traducción sensible de lo que se piensa. Parto del siguiente postulado: si uno está hecho a semejanza de Dios, entonces somos la parte concreta del concepto supremo. Dios sería la realidad absoluta, con sus rasgos intangibles y físicos (nosotros dentro de ellos), con esto, uno también estaría dotado de sus mismas cualidades, por ejemplo: crear: procesar palabras es llevar al plano sensible lo que se da en otro plano. Uno (cualquier “uno”) es un microcosmos, la Tabla de Esmeralda dice: todo lo de arriba es como lo de abajo y viceversa, entonces existe una correspondencia entre el absurdo absoluto y nosotros, entre Dios y Uno, los dos iguales en un sentido, incomparables en otro. ¿Qué es, pues, eso que se ha dado en llamar escritura?

6. Ante tanta ausencia de centro mejor volverse humanista. O naturalista. O vanguardista. O hermético. O agarthense. ¿No?