02 junio 2009

NO TITLE

Me da a veces por salir a caminar sin rumbo. Lo óptimo es que haya llovido para que el pasto de los parques y jardines se insinúe a través de ese aroma que a muchos nos evoca tiempos mejores, no necesariamente tiempos pasados, solo otros tiempos, tiempos de juego y nostalgia, tiempos de humo de cigarrillo y cielo con nubes, tiempos donde lo importante es dejarse llevar por lo inmediato: esa leve sensación de frío, ese cálido abrazo urbano de la ciudad húmeda en la que no llueve más.

Aunque a veces pase que en lugar de la lluvia lo que hay es sol estival o noche de invierno, escenarios que igualmente tienen su encanto, su propio sabor.

Al sol lo que hay son los colores. Mi ciudad de México renace de entre las cenizas y resulta que vuelve a ser lo que siempre ha sido: belleza fácil y contraste asombroso.

A la noche lo que hay son los enigmas. Se plantean los misterios que le dan materia prima al caminante que, tras la ventana con luz de alguna casa o bien bajo esas luces que a lo lejos parecían ser de un sanatorio (y que terminaron siendo de un bar), comienza a intentar resolverlos. Fuma. Se vuelve sombra. Encuentra alianza en las miradas ajenas. Pide que no amanezca. Hasta que en algún momento sale de la calle para entrar en su hogar.

Pero para mí lo óptimo es la llovizna.

Solo que aquí no es Edimburgo.

¿En Madrid sería más fácil tenerla?

¿En Santiago?

¿En Montreal?

Me da a veces por escribir relatos ubicados en Montreal. No conozco Montreal. A las personas que conozco que han estado en Montreal luego les he escrito pidiéndoles que me dejen preguntarles qué vivieron ahí pero nunca me responden. Supongo que alguna vez lo harán. Aunque ya han pasado más de 10 meses de la última vez que les solicité información.

Lo de Montreal es una sospecha y un juego.

En Montreal vive Edith. Orlando llega un tanto por azar, un tanto por estudio, otro tanto por aburrimiento. Se conocen y comienzan a tender puentes y entonces se me desbordan la rue Sainte-Catherine, el Pointe-aux-Prairies, el jazz, el río San Lorenzo, el Brutopia, el archipiélago de Hochelaga, la Île des Sœurs, la Île Bizard, la Île Sainte-Hélène, el museo interactivo de la Biósfera, se me desbordan todos esos lugares ficticios y no, invisibles y no, desconocidos y no, que sé míos porque Edith y Orlando los saben suyos, que sé propios tanto como las fotografías de google images me lo permiten.

No sé si quisiera viajar a Montreal.

Prefiero Paraíso (en Tabasco). Prefiero La Paz (Baja California). Prefiero cualquier ciudad latinoamericana. Alguna no muy famosa de Honduras. Y luego las ecuatorianas. Terminar en Bolivia. En los puertos de Chile. Y que luego mis hermanos que hoy en día radican en París me invitaran solo con el firme propósito de claudicar en Lisboa.

Llueve. En Montreal llueve y Edith pone Amoureuse, pieza de Claude Bolling que me recuerda a ella (es decir, me hace evocarla, me hace formarla). Pero ella se pone a recordar a Orlando, la tarde que lo conoció en el Promenade Bellerive. Ella se prepara un sándwich. Ella se pone perfume. Ha quedado de ir al cine con una amiga a las 8. Saliendo de la película habrá dejado de llover y la calle permanecerá húmeda. Los jardines despedirán aroma a pasto mojado. Se entremezclarán recuerdos confusos.

9 comentarios:

Erika Cano dijo...

El Mundo, con sus calles repletas de historias, con sus trozos de naturaleza todavía vigentes entre tanto concreto, nos lleva a recorrer con la mirada guiada por nuestros pensamientos diversos y únicos; otorgándonos nuevas ideas como las que hoy nos planteadas; me faltaría cien vidas para visitar los bellos sitios que relatas y los muchos que deseo conocer. pero todavía hay tiempo.. todavía hay tiempo.
me gusto tu entrada.. suerte..

Liliana Lucki dijo...

Todos soñamos con en especial.

No siempre se nos da la posibilidad...

Lo bueno es imaginarlo, soñarlo y desearlo.

Así llega mas seguro.

Mientras tanto,viaja a tu interior,bello y profundo.

Saludo desde Argentina,Liliana.

Liliana Lucki dijo...

Todos soñamos con en especial.

No siempre se nos da la posibilidad...

Lo bueno es imaginarlo, soñarlo y desearlo.

Así llega mas seguro.

Mientras tanto,viaja a tu interior,bello y profundo.

Saludo desde Argentina,Liliana.

Liliana Lucki dijo...

Todos soñamos con en especial.

No siempre se nos da la posibilidad...

Lo bueno es imaginarlo, soñarlo y desearlo.

Así llega mas seguro.

Mientras tanto,viaja a tu interior,bello y profundo.

Saludo desde Argentina,Liliana.

Anónimo dijo...

Siempre lluve sobre México.La ensoñación que tienes hace que juntos recorramos tus escenarios reales de tu ciudad y ficticios de Montreal, No olvides visitar París y dejarte envolver por la belleza de Lisboa.
En todas partes y es lo más importante están los amigos...
Un beso

La paciente nº 24 dijo...

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[Conozco cuando vienes. Y debo decirte que no me importa en absoluto, tampoco lo oculto. Tus motivos son tan buenos como cualquier otro. Pero tú has venido sin haber publicado ¿Ya no te acuerdas? Qué mala memoria. No jugamos al escondite. No me oculto. No te ocultas. Qué bueno]

Camila Mardones dijo...

uno más para el no title.

jAz dijo...

lluvia, lluvia, lluvia, pocos fenómenos naturales me gustan más que la lluvia (está en mi top 5), me gusta el sonido, el olor, el sabor, ahora mismo tengo la loca percepción de que mi alma sabe a lluvia y huele a otoño...

he disfrutado mucho de tus letras,
brincando entre charcos te saludo,
un abrazo,

brenda dijo...

HOLA, MI RECUERDO INOLVIDABLE DE LA CONDESA.
DESPUES DE UNA LARGA ESPERA YA TENGO AMI LADO A MI HIJA,LA ESPERE POR TANTO TIEMPO! TENGO MIEDO OBVIO ES A LO DESCONOCIDO.
ES TAN SEMEJANTE A MI SOMOS TAN COMPATIBLES EN NUESTRA PERSONALIDAD,ES AFORTUNADA MUY AFORTUNADA MEJOR NO PODRIA ESTAR.
TE ENCUENTRAS BIEN?
TE ABRAZO CON UN INMENSO CARIÑO
BRENDA AGUIRRE